Resistencia física y autodefensa

No hay una respuesta correcta para las agresiones sexuales, ni podemos saber con antelación cómo vamos a actuar ante una violación. Aunque es posible emplear resistencia física, ésta no siempre es la respuesta más adecuada.

La autodefensa ante un intento de violación sólo está indicada si se cumplen las siguientes condiciones:

  • El agresor es uno solo.

  • No está armado ni nos amenaza con un arma que no podemos ver.

  • No es especialmente fuerte ni corpulento.

  • Tienes una sólida preparación física y experiencia en defensa personal.

En caso de que decidas defenderte de manera física, debes saber que la legítima defensa se considera un eximente, es decir, que los delitos de lesiones o incluso muerte cometidos en legítima defensa no son punibles. La legítima defensa puede ser propia o ajena (para defender a una tercera persona). Para que se de legítima defensa, deben cumplirse tres condiciones (si no se dan las tres, no se considera eximente sino atenuante):

  1. Se ejerce contra un delito que se está cometiendo o se está a punto de cometer.

  2. Proporcionalidad del medio empleado. Se mide caso por caso e impera el sentido común: por ejemplo, no es legítima defensa disparar a quien intenta robarnos la cartera. En el caso de la agresión sexual, se trata de un delito muy grave porque atenta contra la libertad sexual y la intimidad. Además, la víctima suele encontrar en una situación de inferioridad respecto del agresor. Por ello, se puede justificar el uso de una variedad de medios para defenderse.

  3. Falta de provocación por parte de la víctima. Se considera “provocación” un comportamiento ilícito. En ningún caso se puede considerar provocación vestir de manera sexy o tener una actitud insinuante.

Si deseas aprender a defenderte físicamente, puedes acudir a un curso de defensa personal. Existe el principio de no difundir las estrategias y técnicas concretas fuera de las clases de autodefensa, pero si quieres aprender más, puedes visitar otras webs sobre autodefensa.

¿Puedo usar un spray de pimienta?

El spray de defensa personal (también llamado “spray de pimienta”) contiene un gas irritante que causa dolor y ceguera temporal. Correctamente utilizado, puede servir para incapacitar temporalmente a un agresor y permitirnos escapar de una posible violación. Por eso, algunas personas pueden sentirse más seguras llevando uno de estos sprays encima.

Existen muchos tipos de spray de defensa personal. En España su uso es totalmente legal, pero sólo para los sprays aprobados por el Ministerio de Sanidad y Consumo. En este enlace puedes ver cuáles son, así como varios ejemplos de sprays no permitidos. Para adquirir un spray de manera legal debes dirigirte a una armería, donde comprobarán que seas mayor de edad para poder comprarlo.

Un spray de pimienta no es una garantía de protección automática contra una agresión. Si decides hacerte con uno, te recomendamos que te informes sobre cómo usarlo correctamente y las situaciones para las que está indicado.

Recuerda siempre que llevar un spray de defensa personal o aprender técnicas de autodefensa es una opción personal. No debes sentirte culpable por no defenderte físicamente de una agresión. El único culpable es siempre el agresor.

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