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¿A quién vas a ayudar?

Tú puedes actuar contra la violencia sexual. Si eres testigo de un acto de acoso o de violencia sexual, siempre puedes hacer algo para ayudar.

Poniendo atención en las actitudes y comportamientos tóxicos, basados en la desigualdad de género y el machismo, podemos hacer de nuestro entorno un lugar seguro, respondiendo con contundencia contra el acoso sexual.

Cómo intervenir para ayudar:

(Si no te resulta cómodo intervenir directamente, contacta con las autoridades para que os ayuden)

  • Ofreciendo tu ayuda a la víctima
  • Llamando a la policía si presencias una agresión sexual
  • Avisando a la policía si ves a alguien añadir a escondidas alguna sustancia en la bebida de otra persona
  • Diciendo “no” cuando alguien quiera compartir contigo fotos o vídeos privados de una tercera persona
  • Negándote a participar en conversaciones degradantes que fomenten el sexismo y la violencia sexual

Cómo ser un aliado:

Hay muchas maneras de ayudar. Conviértete en un aliado para la causa:

Cuando no haces nada, estás ayudando al agresor. Pero cuando actúas, ayudas a la víctima. ¿A quién vas a ayudar?

 

https://www.youtube.com/watch?v=PJK-3fpBRZI

 

Fuente y campaña original:

http://www.ontario.ca/home-and-community/we-can-all-help-stop-sexual-violence

Consejos y bulos sobre violación

En este proyecto no solemos patrocinar consejos antiviolación. La razón es sencilla: no valen para nada más que para culpabilizar a la víctima y cargar sobre sus hombros una responsabilidad excesiva. Dado que parten de premisas erróneas (como que el violador es normalmente un extraño) no sirven para prevenir. Sin embargo, permiten a la sociedad exculparse cuando sucede una violación: la culpa es de la víctima, que no siguió los consejos.

El otro día nos llegó esta lista de consejos, que lleva circulando por Internet un mínimo de 6 años. Cumple todos los requisitos de un bulo: se replica en numerosas páginas sin variar un ápice su contenido y sin citar fuente. Es cierto, la mayoría de sitios consultados atribuyen la lista a la Policía federal argentina, pero sin ninguna fiabilidad. No hemos encontrado ninguna página web del Estado argentino donde se pueda comprobar este supuesto origen oficial.

Traemos a colación este bulo porque es el paradigma de los consejos inútiles sobre violación. Compartir esa lista no hace ningún bien ni ayuda a desmontar la cultura de la violación: antes al contrario, la refuerza. De entre todas las cosas que están mal ahí, estas cinco son las más relevantes:

1.- Supuesta fuente oficial. Ya hemos dicho que no hay ninguna prueba de que ningún organismo oficial del Estado argentino haya emitido esta lista de consejos. Más aún: en algunos casos aparece firmada por el subcomisario Luis Augusto Weckesser. Basta hacer una búsqueda rápida en Internet para darse cuenta de que este Weckesser es periodista, que se atribuye títulos como “embajador del Vaticano en Argentina contra adicciones y delitos” y que se ha hecho famoso por afirmar que la droga es la tercera guerra mundial. No parece una persona muy capacitada para hablar de agresiones sexuales.

2.- Supuesto argumento de autoridad. La lista de consejos empieza afirmando que es el resultado de una serie de entrevistas que se le hicieron a 750 violadores. Nadie dice quién hizo el estudio, cómo ni cuándo, ni aporta ninguna referencia que permita localizarlo. Si ese estudio existiera tampoco creo que mereciera la pena utilizarlo, ya que sería bastante ofensivo basar una política de prevención en pedir a las mujeres que actúen de forma que sus agresores se fijen en otra posible víctima, pero es que no existe. Y eso explica el punto siguiente.

3.- Completa desconexión de la realidad. La realidad, como demuestran unánimemente todos los estudios hechos hasta la fecha, es que sólo una minoría de agresiones sexuales tiene lugar por parte de desconocidos. Y estos consejos parten precisamente de la idea contraria: parecen concebir un violador que espera en la calle a que pase una mujer con pelo largo y falda, sin paraguas, a unas horas determinadas y en unos lugares determinados. Cuando se cumplen todas las condiciones ataca. Y ello no es así en absoluto. La triste realidad es que los agresores sexuales son hombres normales que violan a quienes tienen cerca por razones personales, no locos que aguardan en la calle. ¿De qué le valen estos consejos a la mujer que es agredida por un conocido con el cual no quiere mantener relaciones sexuales, o a la niña de la que abusa su padre, o a la mujer no heterosexual que recibe una “violación correctiva”?

4.- Instrumento para reprimir a la víctima. Los nueve primeros consejos inciden sobre muchos aspectos de la vida de la víctima: su estilismo, las horas a las que pasa por la calle, los lugares por los que transita, la capacidad de atención y la rapidez en la respuesta. Si una mujer que ha leído estos consejos es violada por un desconocido, tiene muchas vías para culpabilizarse: “esto no habría pasado si me hubiera cortado el pelo”, “si no me hubiera quedado de fiesta hasta la madrugada”, “si hubiera ido más atenta”, “si hubiera luchado o gritado”. La culpa nunca es del agresor, sino de la víctima, que se negó a cercenar su libertad.

5.- Difusión. El décimo consejo es una llamada a la difusión mediante la apelación emocional: la lista debe enviarse acríticamente a todas partes (y así se ha hecho) porque “son cosas simples, pero pueden evitar traumas”. Menuda forma de calmar conciencias. He reenviado una lista a todos mis contactos, ya he cumplido para siempre. Nada de revisar mis acciones y creencias, aprender un poco sobre género o entender que la violación no es un problema individual. Basta con difundir basura culpabilizadora.

 

En la lucha contra las agresiones sexuales hay que tener cuidado. Es necesario saber muy bien lo que uno hace o puede causar más daño que otra cosa. Yo no dudo de que quien inventó el bulo lo haya hecho con buena intención, aunque sí es cierto que las referencias a la Policía y al supuesto estudio me hacen desconfiar, pero el hecho es que el resultado no podría ser más lamentable.

#Safetytipsforladies: parodiando los consejos anti violación

“No vayas sola de noche por la calle”.

“Lleva siempre un silbato y un spray de pimienta encima”.

“No te pongas ropa excesivamente provocativa”.

“Aprende autodefensa”.

Estos son sólo algunos ejemplos de “consejos de seguridad” destinados a mujeres, con el supuesto objetivo de reducir el riesgo de una violación. Bienintencionados o no, parecen sugerir que es responsabilidad de las víctimas protegerse ante una posible agresión, en lugar de depositar la culpa y los esfuerzos de prevención donde realmente deben estar: en el agresor. Además, refuerzan el mito de que la mayoría de las violaciones son obra de asaltantes desconocidos, de “chicos malos” en busca de una víctima aleatoria. La realidad es muy distinta: un tercio de las agresiones sexuales tiene lugar a manos de familiares y personas cercanas, mientras que en otro tercio el agresor era un conocido de la víctima.

Ante el bombardeo de “consejos de seguridad” que culpabilizan indirectamente a la víctima y que coartan la libertad de las mujeres, la semana pasada surge en Twitter el hashtag #safetytipsforladies, una ingeniosa parodia de los “consejos para mujeres” y una buena llamada de atención sobre los verdaderos responsables de la violencia sexual. A continuación traducimos algunos ejemplos:

  • “Deja de ser una mujer en público.” (@Karnythia)
  • “Lleva siempre un silbato. La gente pensará que eres un entrenador de fútbol y respetarán tu independencia.” (@amyloudoherty)
  • “Protege tu vagina con una contraseña que contenga números, letras y caracteres especiales.” (@femmissgeek)
  • “¡No vistas de manera provocativa! Aquí puedes ver un ejemplo de vestuario apropiado y aceptable: http://www.arthursclipart.org/fromthepast/past/armor.gif” (@alisonrose711)
  • “Todas las violaciones ocurren entre las 12 de la noche y las 23:59:59. Evita interactuar con gente durante esas horas.” (@NDNGIRLEVER)
  • “Si te envuelves de la cabeza a los pies en plástico de burbujas, los violadores se distraerán con él y se olvidarán de violarte” (@hilaryjfb)
  • “Las violaciones suelen ocurrir en el plano físico. Alcanza el nirvana y asciende a un estado superior de la existencia.” (@lepreciousthing)
  • “Cuando alguien quiera violarte, niégate educadamente” (@WhineyTwat)
  • “Muchas de las violaciones son perpetradas por gente que ya conoces. No conozcas a nadie.” (@GeeEmmaGee)
  • “Algunos violadores son parientes. Asegúrate de ser criada por lobos”. (@_violentfemme)
  • “Nunca tengas sexo consentido, para que no puedan usarlo en tu contra en el juicio” (@fanny_fair)
  • “No lleves jamás ninguna prenda de ropa que nadie pueda encontrar ni remotamente atractiva de ninguna de las maneras. Tampoco vayas desnuda” (@godlessgrrl)

¿Quieres compartir tu “consejo de seguridad”? ¡Mandánoslo en Twitter!

“La violación también es cosa de hombres”

 

Hoy me gustaría compartir esta campaña del Centro de Tratamiento de Violaciones de Santa Mónica (EE UU) que mueve el foco de atención de la víctima al posible agresor. Se trata de una serie de posters pensados para ser colgados en universidades y de cuya venta se obtienen fondos para el funcionamiento del centro (más información en este enlace).

La idea detrás es muy simple: la educación para prevenir las violaciones debe incluir a los hombres también. Porque hemos pasado demasiado tiempo enseñando a las mujeres a no ser violadas, y demasiado poco enseñando a los hombres a no violar.

La idea de que los hombres no pueden controlarse es un mito

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Traducción:

La idea de que los hombres no pueden controlarse sexualmente es un mito

Richard M: “Si la chica con la que estoy ha bebido demasiado, lo dejo correr”

Brian C: “No importa hasta qué punto hayamos llegado. Si ella dice “no” quizás no me guste, pero lo respeto”

Una de cada 6 mujeres ha sido víctima de una violación o intento de violación. La violación también es cosa de hombres.

comentarios sexistas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Traducción:

Cuando tus colegas hablan sobre las mujeres de forma poco respetuosa o sexista, no tienes por qué unirte a la conversación. Diles lo que piensas. Diles que no te sientes cómodo o simplemente cambia de tema. La próxima vez que empiecen a hablar de “putas” y de “zorras” y de las cosas que harían con ellas, diles que lo dejen. ¿No es eso lo que las mujeres de tu vida esperarían de ti?

¿Qué vas a hacer?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Traducción:

¿Qué vas a hacer?

Tú quieres sexo, pero ella quiere esperar. Así que sigues intentándolo. Primero te dice que sí. Luego te dice que no. Si no estás seguro… detente y escucha.

 

Resistencia física y autodefensa

No hay una respuesta correcta para las agresiones sexuales, ni podemos saber con antelación cómo vamos a actuar ante una violación. Aunque es posible emplear resistencia física, ésta no siempre es la respuesta más adecuada.

La autodefensa ante un intento de violación sólo está indicada si se cumplen las siguientes condiciones:

  • El agresor es uno solo.

  • No está armado ni nos amenaza con un arma que no podemos ver.

  • No es especialmente fuerte ni corpulento.

  • Tienes una sólida preparación física y experiencia en defensa personal.

En caso de que decidas defenderte de manera física, debes saber que la legítima defensa se considera un eximente, es decir, que los delitos de lesiones o incluso muerte cometidos en legítima defensa no son punibles. La legítima defensa puede ser propia o ajena (para defender a una tercera persona). Para que se de legítima defensa, deben cumplirse tres condiciones (si no se dan las tres, no se considera eximente sino atenuante):

  1. Se ejerce contra un delito que se está cometiendo o se está a punto de cometer.

  2. Proporcionalidad del medio empleado. Se mide caso por caso e impera el sentido común: por ejemplo, no es legítima defensa disparar a quien intenta robarnos la cartera. En el caso de la agresión sexual, se trata de un delito muy grave porque atenta contra la libertad sexual y la intimidad. Además, la víctima suele encontrar en una situación de inferioridad respecto del agresor. Por ello, se puede justificar el uso de una variedad de medios para defenderse.

  3. Falta de provocación por parte de la víctima. Se considera “provocación” un comportamiento ilícito. En ningún caso se puede considerar provocación vestir de manera sexy o tener una actitud insinuante.

Si deseas aprender a defenderte físicamente, puedes acudir a un curso de defensa personal. Existe el principio de no difundir las estrategias y técnicas concretas fuera de las clases de autodefensa, pero si quieres aprender más, puedes visitar otras webs sobre autodefensa.

¿Puedo usar un spray de pimienta?

El spray de defensa personal (también llamado “spray de pimienta”) contiene un gas irritante que causa dolor y ceguera temporal. Correctamente utilizado, puede servir para incapacitar temporalmente a un agresor y permitirnos escapar de una posible violación. Por eso, algunas personas pueden sentirse más seguras llevando uno de estos sprays encima.

Existen muchos tipos de spray de defensa personal. En España su uso es totalmente legal, pero sólo para los sprays aprobados por el Ministerio de Sanidad y Consumo. En este enlace puedes ver cuáles son, así como varios ejemplos de sprays no permitidos. Para adquirir un spray de manera legal debes dirigirte a una armería, donde comprobarán que seas mayor de edad para poder comprarlo.

Un spray de pimienta no es una garantía de protección automática contra una agresión. Si decides hacerte con uno, te recomendamos que te informes sobre cómo usarlo correctamente y las situaciones para las que está indicado.

Recuerda siempre que llevar un spray de defensa personal o aprender técnicas de autodefensa es una opción personal. No debes sentirte culpable por no defenderte físicamente de una agresión. El único culpable es siempre el agresor.

Drogas y violación: la sumisión química

La sumisión química es la anulación de la voluntad de una persona por medio de sustancias químicas. El objetivo suele ser robar a la víctima (sobre todo en el caso de los hombres) o agredirle sexualmente mientras está inconsciente o incapaz de resistirse (especialmente si la víctima es mujer). Al día siguiente, la víctima no tiene recuerdos claros y puede llegar a dudar sobre si le han violado o no.

Existen una variedad de drogas que pueden producir los efectos buscados. El alcohol es la sustancia que se relaciona con mayor frecuencia con los casos de agresión sexual, pero también existen una serie de fármacos conocidos como “drogas de la violación”. En ocasiones, el agresor puede diluir una de estas sustancias en la bebida de la víctima sin que ésta se de cuenta. También es posible que éste se aproveche de una situación de mayor vulnerabilidad de la víctima cuando ésta ha consumido drogas por razones médicas o recreativas; en este caso, el agresor no crea la situación sino que se aprovecha de ella.

Se desconoce la prevalencia real de la sumisión química, aunque algunas fuentes indican que en España entre el 20 y el 30% de las personas que denuncian un delito contra la libertad sexual podrían haber sido víctimas de sumisión química. El problema es que resulta difícil de probar, ya que estas sustancias desaparecen del organismo en un periodo de tiempo relativamente corto y no todos los hospitales disponen de protocolos para detectarlas.

¿Cómo puedo saber si me han drogado?

Cuando consumas alcohol, presta atención a las siguientes señales:

  • La borrachera es mucho mayor de lo habitual en relación a lo que has tomado.

  • Te encuentras muy mal durante la noche o la resaca al día siguiente es desproporcionada.

  • Tienes lagunas mentales y periodos de la noche que eres incapaz de recordar, sobre todo si empiezan justo después de haberte tomado una copa.

  • Te sientes como si hubieras tenido sexo, pero no eres capaz de recordar nada al respecto.

Recuerda: los efectos de la sumisión química pueden variar de persona a persona. También dependen de la cantidad de alcohol que has consumido o de si has tomado otras drogas.

¿Qué hago si creo que me han drogado?

  • Dirígete a un lugar seguro.

  • Pide a un amigo que te acompañe y te ayude a encontrar la asistencia que necesitas.

  • Llama a la policía.

  • Busca ayuda médica inmediatamente. Algunos hospitales disponen de protocolos de detección de sumisión química, pero no todos actúan igual. Si crees que te han drogado, díselo al personal médico y pide que te hagan las pruebas necesarias.

  • Intenta guardar una muestra de orina, que facilitará la detección de drogas o fármacos.
  • Escribe todo lo que recuerdes sobre la agresión lo antes posible.
  • Si crees que has sido víctima de una agresión sexual, no te cambies de ropa ni te laves, ni siquiera las manos o los dientes. Evita también comer y beber. Si crees que la violación ha ocurrido en tu casa, no limpies ni cambies las cosas de sitio.

¿Cómo puedo evitar la sumisión química?

  • No aceptes bebidas de desconocidos.

  • Si alguien te invita a una bebida, acompáñale a la barra y observa como preparan tu bebida.

  • No dejes nunca tu bebida sin vigilancia (mientras bailas, hablas por teléfono, vas al baño…)

  • No bebas nada que no hayas visto abrir o preparar. Ten cuidado con las bebidas comunitarias (tipo sangría).

  • No bebas nada con un aspecto extraño (sabor salado, demasiada espuma, residuos inexplicables en el vaso…)

  • Si alguno de tus amigos parece haber sido drogado, llama a la policía y busca ayuda médica.

  • Comparte esta información con tu grupo de amigos. Poneos de acuerdo para estar alerta y ayudar al resto cuando sea necesario.

Evitar violaciones de conocidos

En la mayoría de los casos, el agresor es una persona a quien la víctima conocía, incluso alguien cercano. Es absurdo desconfiar de todos aquellos que nos rodean, por lo que en muchos casos no es posible prevenir la primera agresión. En este caso, la única manera de evitar que la agresión se repita es denunciar la violación inmediatamente.

Es importante recordar que, sean cuáles sean las circunstancias, las violaciones tienen siempre un único culpable: el agresor. La ropa, la actitud o el comportamiento de la víctima no justifican una agresión. No es necesario condicionar tu vida, renunciar a divertirte ni limitar tus actividades por el riesgo de una violación. Pero si lo deseas, puedes adoptar una serie de medidas de precaución, igual que las usarías para protegerte de atracos, robos y accidentes:

  • La otra persona no tiene por qué conocer tus intenciones. Por eso, ante la duda es mejor comunicar claramente qué te parece aceptable y qué no. De la misma manera, es mejor preguntar y asegurarse de que la persona con quien estás se siente cómoda con lo que estáis haciendo.

  • Confía en tu instinto: si una situación no te resulta cómoda, o una persona te parece extraña o sospechosa, es recomendable alejarte de ella aunque signifique montar una escena.

  • Aprovecharse de una persona borracha o drogada es un delito de abuso sexual que puedes denunciar. Beber o tomar drogas no justifica nunca que otros abusen de ti. Aún así, es buena idea tener cuidado con las drogas y el alcohol, ya que dificultan la comunicación y disminuyen nuestra atención ante señales de alarma y comportamientos sospechosos. En ocasiones, el agresor puede drogar a la víctima sin que ella lo sepa: es lo que se conoce como  sumisión química.

  • Si lo abandonas un lugar con una persona que no conoces bien, puedes comunicar a alguien de tu confianza a dónde vas y con quien y decirle que estarás en contacto con ella para asegurarle que estás bien.


Evitar violaciones de desconocidos

Las violaciones tienen siempre un único culpable: el agresor. La ropa, la actitud o el comportamiento de la víctima no justifican una agresión. No es necesario condicionar tu vida, renunciar a divertirte ni limitar tus actividades por el riesgo de una violación.

En aproximadamente un tercio de las violaciones denunciadas, el agresor es un desconocido. Por desgracia, no siempre es posible evitar la agresión, pero puedes adoptar una serie de medidas de precaución, igual que las usarías para protegerte de atracos, robos y accidentes:

  • Si crees que alguien te sigue, es buena idea dirigirte a un lugar público donde haya gente, en lugar de ir a tu casa. Otra estrategia es llamar por teléfono a alguien (o fingir que lo haces) y contarle por dónde vas y qué estás haciendo.

  • Cuando llegues tarde, puedes llamar al telefonillo y avisar de que ya subes, incluso aunque no haya nadie.

  • Intenta evitar entrar al portal con desconocidos.

  • Si sospechas que algo va mal, no temas avisar a las fuerzas de seguridad, incluso aunque pueda tratarse de una falsa alarma.

Después de la agresión

  • Dirígete a un lugar seguro.
  • No te cambies de ropa ni te laves, ni siquiera las manos o los dientes (en caso de felación, debes evitar también comer y beber, para facilitar la recogida de muestras). Si la violación ha ocurrido en tu casa, no toques ni limpies la zona donde ha tenido lugar.
  • Si has sido víctima de una agresión sexual debes acudir a la autoridad para interponer una denuncia. Si la agresión es reciente, deberás acudir también a un centro de salud.
  • Una agresión sexual puede ser denunciada ante el Ministerio Fiscal, el Juez de Instrucción o cualquier cuerpo de la policía (Policía Nacional, Local y Autonómica y Guardia Civil). En la mayoría de los casos lo más aconsejable es acudir a la comisaría más cercana. En caso de duda, el Servicio de Atención a la Mujer (S.A.M) está presente en todas las Jefaturas de Policía de España y cuenta con agentes especializados en este ámbito. Si eres víctima de una agresión, puedes pedir ayuda a la policía llamando al teléfono 091.
  • Busca apoyo. Nadie debería enfrentarse solo al trauma de una violación. Llama a una persona de confianza para que pueda acompañarte a la comisaría y al hospital. Si no sabes a quién recurrir, es una buena idea acudir a un centro especializado en atención a víctimas de violación, como C.A.V.A.S. Su personal puede acompañarte a hacer estos trámites y ofrecerte su apoyo. Para solicitar este servicio, puedes llamar a alguna de estas asociaciones en horario laboral o recurrir a alguno de los teléfonos de atención 24 horas. [Puedes encontrar información sobre asociaciones de apoyo a víctimas de agresión sexual y otros recursos en tu comunidad en este directorio ]
  • Escribe todo lo que recuerdes sobre las circunstancias de la violación, incluyendo una descripción detallada del agresor. De esta manera te asegurarás de preservar esta información.
  • Denunciar una violación es importante por muchas razones. Pero incluso si no sabes si quieres poner una denuncia, debes acudir a un hospital. Allí podrán ayudarte a protegerte ante las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados como resultado de una agresión sexual. Es muy importante buscar cuidado médico, incluso aunque no tengas lesiones visibles.
  • Además de darte la atención médica necesaria, el hospital se pondrá en contacto con el Juzgado de Guardia para proceder a la recogida de muestras. De esta manera, si decides denunciar más adelante, dispondrás de las pruebas necesarias.

 

Durante la agresión

  • Ante una agresión sexual o la amenaza de ella, es posible ejercer tu derecho a la legítima defensa y repeler físicamente al agresor. La legítima defensa es un eximente, es decir, que los delitos cometidos en legítima defensa (lesiones o incluso la muerte) no son punibles. Para que exista legítima defensa, ésta debe ejercerse contra un delito, ser proporcional y no darse una provocación ilegítima por parte de la víctima. Por tanto, si tienes los medios para responder físicamente, puedes hacerlo. Puedes aprender más sobre este tema en el apartado de autodefensa de esta web.
  • La resistencia física no siempre es aconsejable, especialmente si nunca has practicado técnicas de defensa personal. Una defensa inmediata y desordenada puede ponerte en un peligro mayor.
  • Si estás en un lugar donde pueda haber gente cerca, tu defensa ante una agresión sexual puede ser gritar. En ocasiones, la amenaza de ser descubierto puede ser suficiente para ahuyentar al agresor.
  • Muchas víctimas afirman sentirse completamente paralizadas e incapaces de reaccionar ante el trauma de una violación. Si ese es tu caso, no te sientas culpable por no haberte defendido. El único culpable de una agresión sexual es el agresor.
  • En cualquier caso, intenta observar los rasgos que permitan identificar a tu agresor: color del pelo, lunares, marcas en la piel, altura y complexión, la ropa que lleva puesta o su vehículo. Estos detalles te ayudarán a describirle mejor a la policía y así facilitar su detención.

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