Durante la violación
Cómo defenderse durante una violación
Durante la agresión
- Ante una agresión sexual o la amenaza de ella, es posible ejercer tu derecho a la legítima defensa y repeler físicamente al agresor. La legítima defensa es un eximente, es decir, que los delitos cometidos en legítima defensa (lesiones o incluso la muerte) no son punibles. Para que exista legítima defensa, ésta debe ejercerse contra un delito, ser proporcional y no darse una provocación ilegítima por parte de la víctima. Por tanto, si tienes los medios para responder físicamente, puedes hacerlo. Puedes aprender más sobre este tema en el apartado de autodefensa de esta web.
- La resistencia física no siempre es aconsejable, especialmente si nunca has practicado técnicas de defensa personal. Una defensa inmediata y desordenada puede ponerte en un peligro mayor.
- Si estás en un lugar donde pueda haber gente cerca, tu defensa ante una agresión sexual puede ser gritar. En ocasiones, la amenaza de ser descubierto puede ser suficiente para ahuyentar al agresor.
- Muchas víctimas afirman sentirse completamente paralizadas e incapaces de reaccionar ante el trauma de una violación. Si ese es tu caso, no te sientas culpable por no haberte defendido. El único culpable de una agresión sexual es el agresor.
- En cualquier caso, intenta observar los rasgos que permitan identificar a tu agresor: color del pelo, lunares, marcas en la piel, altura y complexión, la ropa que lleva puesta o su vehículo. Estos detalles te ayudarán a describirle mejor a la policía y así facilitar su detención.