Menores de edad

Cómo actuar en caso de que la víctima de la agresión sexual sea un menor de edad

Aspectos legales

La ley española distingue entre los delitos sexuales cometidos contra mayores y menores de 16 años:

(La edad de consentimiento sexual se ha elevado a 16 años tras la Ley Orgánica 1/2015. Antes se situaba en los 13 años.)

Cualquier acto de carácter sexual realizado con un menor de 16 años se considera abuso sexual a un menor, y está castigado con pena de prisión de 2 a 6 años.

  • Si el ataque se realiza con violencia o intimidación hablamos de agresión sexual a un menor, castigado con pena de prisión de 5 a 10 años.
  • Cuando el ataque consista en acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por las dos primeras vías, el responsable será castigado con pena de prisión de 8 a 12 años en caso de abuso y de 12 a 15 años en caso de agresión.
  • Existen varios agravantes para los delitos sexuales contra menores, como el de total indefensión (se da siempre en menores de cuatro años), el de parentesco o el de puesta en peligro de la salud de la víctima.
  • Están castigados también los delitos de participación forzosa (obligar a un menor de 16 años a participar o a presenciar un comportamiento sexual, aunque el agresor no participe en éste) y de cibergrooming (contactar por Internet con un menor de 16 años para cometer contra él cualquier delito sexual).
  • El consentimiento del menor sólo se tiene en cuenta si se otorga a una persona próxima a él por edad y grado de desarrollo, es decir, que los actos sexuales consensuados entre menores no se considerarán normalmente delito.

 

El plazo de prescripción de los delitos también es diferente en el caso de los delitos sexuales contra menores. Por lo general, el plazo de prescripción de un delito comienza a contar desde el momento en que éste se comete. Sin embargo, en este caso el plazo comienza a contar desde la mayoría de edad del menor o, si éste muere, desde su fallecimiento.

 

“Soy menor de edad”

Si has sido víctima de una agresión sexual, puedes y debes buscar ayuda. Nadie debería enfrentarse solo a una agresión sexual, y hay muchas personas que están dispuestas a ayudarte.

¿A quién puedo acudir?

Una agresión sexual es un delito y como tal, debe ser denunciado ante la policía. Existen muchos motivos para denunciar, y es la mejor manera de obtener ayuda. Puedes ir a poner tu denuncia en comisaría o llamar al Grupo de Menores de la Policía Nacional. Sin embargo, es posible que antes quieras hablar con otras personas que pueden ayudarte y acompañarte:

  • Tus padres. Puede que no quieras hacerles daño o que la violación haya ocurrido mientras hacías algo “prohibido” y tengas miedo al castigo. Pero debes recordar que tus padres están ahí para protegerte y ayudarte.
  • Personas expertas en ayuda a víctimas de violación. Estas personas entienden este tipo de situaciones y pueden ayudarte a hablar con tus padres, comunicarlo a la policía y otras gestiones. Además, podrás hablar de tu problema y obtener el apoyo para sentirte mejor. Puedes buscar una asociación de ayuda a víctimas de agresión sexual en nuestro directorio o llamar al Teléfono del Menor (116111 , válido en toda la Unión Europea).
  • Profesores, orientadores del instituto u otros adultos de tu confianza.
  • Recuerda: las agresiones sexuales siempre deben ser denunciadas. Cualquier adulto a quien se lo cuentes está obligado a denunciar. Si intentan convencerte para que no denuncies, no les hagas caso y acude a otra persona.

Además de poner una denuncia, deberás acudir a un centro médico para que puedan examinarte, tratar posibles lesiones y tomar las medidas adecuadas para prevenir embarazos y enfermedades de transmisión sexual. Si existe un riesgo de embarazo, el equipo médico tomará las medidas preventivas que sean necesarias, como la píldora del día después.

En caso de embarazo no deseado, debes saber que la ley vigente en España permite a las menores de 16 y 17 tomar la decisión de abortar sin el consentimiento de nadie. En principio uno de los padres o tutores legales debe estar informado sobre esta decisión, aunque hay algunas excepciones a esta norma (peligro de violencia, amenazas, situación de desamparo, etc.)

¿Qué pasa si no quiero volver a casa?

Es posible que la persona responsable de la agresión sexual esté viviendo contigo, o que tus padres lo sepan y no hayan respondido de manera adecuada.

Si has sido víctima de abusos sexuales y no quieres volver a tu casa, no intentes nunca escapar por tu cuenta. Habla con la policía, una asociación de ayuda a víctimas de agresiones sexuales o el Teléfono del Menor (116111). Ellos podrán ayudarte a salir de esta situación y encontrar un lugar seguro donde vivir. Recuerda, no estás solo: hay muchas personas dispuestas a ayudarte.

 

“Creo que están abusando de un menor”

Existen varios indicios que pueden hacernos sospechar que un menor ha sido víctima de abusos sexuales. En ocasiones, la propia víctima acude a contárselo a sus padres o profesores, aunque los agresores suelen emplear una serie de estrategias para conseguir el silencio del afectado. Otros indicios son la aparición de lesiones sospechosas o de síntomas de enfermedades de transmisión sexual, así como cambios y trastornos en el comportamiento.

¿Cómo actuar ante un caso de abuso infantil?

Lo mejor que puedes hacer para proteger a un niño o adolescente que está sufriendo abusos sexuales es denunciar. Para ello puedes acudir al Grupo de Menores de la Policía Nacional o simplemente a la comisaría más cercana.

También es muy importante que te asegures de que la víctima no ha sufrido lesiones y le acompañes a un centro médico si es necesario.

Cuando un menor confiesa haber sido víctima de agresiones sexuales, hay una serie de actitudes que debes adoptar para que su experiencia sea lo menos traumática posible:

  • Mantener la calma. Intenta hablarle con un tono tranquilo, sin transmitir desasosiego ni preocupación.
  • Hacerle saber que le crees. Ejemplo de respuesta: “gracias por confiar en mí y contármelo, así puedo ayudarte a solucionarlo”.
  • Hacerle sentir bien por haberlo contado: “has sido muy valiente y estoy muy orgulloso de ti”
  • Asegurarle que él no ha hecho nada malo y no tiene la culpa.
  • Tranquilizarle respecto al futuro: “ahora que me lo has contado, puedes estar tranquilo porque esto no volverá a ocurrir”, “todos vamos a ayudarte para que te sientas mejor”
  • Expresarle afecto: “te quiero y estaré junto a ti siempre que lo necesites”.

En cambio, hay una serie de actitudes que debemos evitar a la hora de manejar un caso de abuso infantil:

  • Negar que el abuso ha ocurrido.
  • Reaccionar con alarma.
  • Echarle la culpa a la víctima.
  • Ir a hablar directamente con el agresor, en lugar de acudir a la policía.
  • Interrogar exhaustivamente a la víctima.
  • Tratar al afectado de manera diferente a antes o sobreprotegerle.
  • Recordarle continuamente lo ocurrido.

 

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