Monthly Archives: septiembre 2012

Aspectos legales

La ley española distingue entre los delitos sexuales cometidos contra mayores y menores de 16 años:

(La edad de consentimiento sexual se ha elevado a 16 años tras la Ley Orgánica 1/2015. Antes se situaba en los 13 años.)

Cualquier acto de carácter sexual realizado con un menor de 16 años se considera abuso sexual a un menor, y está castigado con pena de prisión de 2 a 6 años.

  • Si el ataque se realiza con violencia o intimidación hablamos de agresión sexual a un menor, castigado con pena de prisión de 5 a 10 años.
  • Cuando el ataque consista en acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por las dos primeras vías, el responsable será castigado con pena de prisión de 8 a 12 años en caso de abuso y de 12 a 15 años en caso de agresión.
  • Existen varios agravantes para los delitos sexuales contra menores, como el de total indefensión (se da siempre en menores de cuatro años), el de parentesco o el de puesta en peligro de la salud de la víctima.
  • Están castigados también los delitos de participación forzosa (obligar a un menor de 16 años a participar o a presenciar un comportamiento sexual, aunque el agresor no participe en éste) y de cibergrooming (contactar por Internet con un menor de 16 años para cometer contra él cualquier delito sexual).
  • El consentimiento del menor sólo se tiene en cuenta si se otorga a una persona próxima a él por edad y grado de desarrollo, es decir, que los actos sexuales consensuados entre menores no se considerarán normalmente delito.

 

El plazo de prescripción de los delitos también es diferente en el caso de los delitos sexuales contra menores. Por lo general, el plazo de prescripción de un delito comienza a contar desde el momento en que éste se comete. Sin embargo, en este caso el plazo comienza a contar desde la mayoría de edad del menor o, si éste muere, desde su fallecimiento.

 

“Soy menor de edad”

Si has sido víctima de una agresión sexual, puedes y debes buscar ayuda. Nadie debería enfrentarse solo a una agresión sexual, y hay muchas personas que están dispuestas a ayudarte.

¿A quién puedo acudir?

Una agresión sexual es un delito y como tal, debe ser denunciado ante la policía. Existen muchos motivos para denunciar, y es la mejor manera de obtener ayuda. Puedes ir a poner tu denuncia en comisaría o llamar al Grupo de Menores de la Policía Nacional. Sin embargo, es posible que antes quieras hablar con otras personas que pueden ayudarte y acompañarte:

  • Tus padres. Puede que no quieras hacerles daño o que la violación haya ocurrido mientras hacías algo “prohibido” y tengas miedo al castigo. Pero debes recordar que tus padres están ahí para protegerte y ayudarte.
  • Personas expertas en ayuda a víctimas de violación. Estas personas entienden este tipo de situaciones y pueden ayudarte a hablar con tus padres, comunicarlo a la policía y otras gestiones. Además, podrás hablar de tu problema y obtener el apoyo para sentirte mejor. Puedes buscar una asociación de ayuda a víctimas de agresión sexual en nuestro directorio o llamar al Teléfono del Menor (116111 , válido en toda la Unión Europea).
  • Profesores, orientadores del instituto u otros adultos de tu confianza.
  • Recuerda: las agresiones sexuales siempre deben ser denunciadas. Cualquier adulto a quien se lo cuentes está obligado a denunciar. Si intentan convencerte para que no denuncies, no les hagas caso y acude a otra persona.

Además de poner una denuncia, deberás acudir a un centro médico para que puedan examinarte, tratar posibles lesiones y tomar las medidas adecuadas para prevenir embarazos y enfermedades de transmisión sexual. Si existe un riesgo de embarazo, el equipo médico tomará las medidas preventivas que sean necesarias, como la píldora del día después.

En caso de embarazo no deseado, debes saber que la ley vigente en España permite a las menores de 16 y 17 tomar la decisión de abortar sin el consentimiento de nadie. En principio uno de los padres o tutores legales debe estar informado sobre esta decisión, aunque hay algunas excepciones a esta norma (peligro de violencia, amenazas, situación de desamparo, etc.)

¿Qué pasa si no quiero volver a casa?

Es posible que la persona responsable de la agresión sexual esté viviendo contigo, o que tus padres lo sepan y no hayan respondido de manera adecuada.

Si has sido víctima de abusos sexuales y no quieres volver a tu casa, no intentes nunca escapar por tu cuenta. Habla con la policía, una asociación de ayuda a víctimas de agresiones sexuales o el Teléfono del Menor (116111). Ellos podrán ayudarte a salir de esta situación y encontrar un lugar seguro donde vivir. Recuerda, no estás solo: hay muchas personas dispuestas a ayudarte.

 

“Creo que están abusando de un menor”

Existen varios indicios que pueden hacernos sospechar que un menor ha sido víctima de abusos sexuales. En ocasiones, la propia víctima acude a contárselo a sus padres o profesores, aunque los agresores suelen emplear una serie de estrategias para conseguir el silencio del afectado. Otros indicios son la aparición de lesiones sospechosas o de síntomas de enfermedades de transmisión sexual, así como cambios y trastornos en el comportamiento.

¿Cómo actuar ante un caso de abuso infantil?

Lo mejor que puedes hacer para proteger a un niño o adolescente que está sufriendo abusos sexuales es denunciar. Para ello puedes acudir al Grupo de Menores de la Policía Nacional o simplemente a la comisaría más cercana.

También es muy importante que te asegures de que la víctima no ha sufrido lesiones y le acompañes a un centro médico si es necesario.

Cuando un menor confiesa haber sido víctima de agresiones sexuales, hay una serie de actitudes que debes adoptar para que su experiencia sea lo menos traumática posible:

  • Mantener la calma. Intenta hablarle con un tono tranquilo, sin transmitir desasosiego ni preocupación.
  • Hacerle saber que le crees. Ejemplo de respuesta: “gracias por confiar en mí y contármelo, así puedo ayudarte a solucionarlo”.
  • Hacerle sentir bien por haberlo contado: “has sido muy valiente y estoy muy orgulloso de ti”
  • Asegurarle que él no ha hecho nada malo y no tiene la culpa.
  • Tranquilizarle respecto al futuro: “ahora que me lo has contado, puedes estar tranquilo porque esto no volverá a ocurrir”, “todos vamos a ayudarte para que te sientas mejor”
  • Expresarle afecto: “te quiero y estaré junto a ti siempre que lo necesites”.

En cambio, hay una serie de actitudes que debemos evitar a la hora de manejar un caso de abuso infantil:

  • Negar que el abuso ha ocurrido.
  • Reaccionar con alarma.
  • Echarle la culpa a la víctima.
  • Ir a hablar directamente con el agresor, en lugar de acudir a la policía.
  • Interrogar exhaustivamente a la víctima.
  • Tratar al afectado de manera diferente a antes o sobreprotegerle.
  • Recordarle continuamente lo ocurrido.

 

Leyes sobre agresión sexual en España

Muchas asociaciones de asistencia a víctimas de agresión sexual disponen de servicios de asesoría legal gratuitos. En ellos, un abogado experto en agresiones sexuales podrá aconsejarte sobre tu caso y, si es necesario, representarte durante el juicio. En el directorio de asociaciones podrás encontrar los datos de contacto de estos servicios en diferentes zonas de España.

En España, los delitos contra la libertad sexual se regulan en el Título VIII del Libro II del Código Penal vigente. Se distingue entre los siguientes tipos de delitos:

Agresión sexual

Consiste en atentar contra la libertad sexual de otra persona utilizando violencia o intimidación. Está castigado con pena de prisión de 1 a 5 años.

Dentro de las agresiones sexuales, se denomina violación al acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o la introducción de miembros corporales u objetos por alguna de las dos primeras vías. En este caso se impone una pena de prisión de 6 a 12 años.

Las penas por agresión sexual son mayores cuando la violencia reviste un carácter particularmente degradante o vejatorio, cuando la agresión es cometida por dos o más personas, cuando la víctima es especialmente vulnerable por razón de su edad, enfermedad o situación, cuando el agresor tiene una relación de superioridad o parentesco respecto de la víctima y cuando se hace uso de armas u otros medios susceptibles de causar la muerte o lesiones graves.

Abuso sexual

Consiste en atentar contra la libertad o la indemnidad sexual de otra persona, sin consentimiento pero sin violencia o intimidación. Se considera que no hay consentimiento en el caso de las personas privadas de sentido o de aquellos de cuyo trastorno mental se abuse, así como los que se cometan anulando la voluntad de la víctima mediante el uso de fármacos, drogas u otras sustancias. También se considera delito de abuso sexual cuando el consentimiento se obtiene valiéndose de una situación de superioridad que limite la libertad de la víctima.

El delito de abuso sexual está castigado con pena de prisión de uno a tres años o multa de 18 a 24 meses. Cuando el abuso sexual consiste en acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal o introducción de objetos por alguna de las dos primeras vías, está penado con prisión de 4 a 10 años. Las penas se agravan cuando la víctima es especialmente vulnerable y cuando se da una relación de superioridad o parentesco entre el abusador y la víctima.

Dentro de este delito se recoge el supuesto de estupro. Consiste en engañar a una persona de entre 16 y 18 años o abusar de una posición de confianza o influencia sobre ella para realizar actividades sexuales. En este caso el delito será castigado con pena de prisión de uno a tres años. Cuando el abuso consiste en acceso carnal o introducción de objetos por las vías antes mencionadas, la pena será de prisión de 2 a 6 años.

Agresión y abuso sexual contra menores de 16 años

(La edad de consentimiento sexual se ha elevado a 16 años tras la Ley Orgánica 1/2015. Antes se situaba en los 13 años.)

En el caso de los menores de 16 años, los delitos y castigos son diferentes. Para más información, puedes consultar el apartado dedicado a los menores de edad.

Acoso sexual

Consiste en solicitar favores de naturaleza sexual en el ámbito de una relación laboral, docente o de prestación de servicios, colocando a la víctima en una situación gravemente intimidatoria, hostil o humillante. Se castiga con prisión de 3 a 5 meses o multa de 6 a 10 meses.

Si el acosador se vale de una situación de superioridad laboral, docente o jerárquica, o con el anuncio expreso de causar a la víctima un mal relacionado con dicha relación, la pena será de prisión de 5 a 7 meses o multa de 10 a 14.

Las penas serán mayores cuando la víctima sea especialmente vulnerable por razón de su edad, enfermedad o situación.

Otros delitos

El Título VIII del Libro II del Código Penal recoge otros delitos de carácter sexual, como por ejemplo:

  • El exhibicionismo y la distribución de pornografía, que sólo serán delito si la víctima es menor de edad o discapacitada.
  • La prostitución forzosa de mayores de edad.
  • La prostitución de menores, que se castiga sea forzosa o no. No sólo es delito el proxenetismo sino también ser cliente.
  • La producción, difusión e incluso la posesión para propio uso de pornografía infantil.

Demandar un trato correcto

Muchas víctimas de agresiones sexuales evitan denunciar porque tienen miedo de que no se les tome en serio o, peor todavía, se les trate con desconsideración. Pero es importante saber que tienes derecho a demandar un trato correcto por parte de la policía y que hay muchas cosas que puedes hacer para garantizar que se presta la atención debida a tu denuncia.

Tus derechos:

  • Los agentes están obligados a “observar en todo momento un trato correcto y esmerado en sus relaciones con los ciudadanos, a quienes procurarán auxiliar y proteger”.
  • Tienes derecho a que se recoja tu denuncia sin demoras innecesarias y a pedir una copia del parte.
  • Si lo consideras necesario, puedes pedir que tu denuncia sea recogida por personal femenino.
  • También puedes exigir que el reconocimiento ginecólogico se haga en privado y que la toma de muestras y el tratamiento preventivo del embarazo se hagan lo antes posible.

Medidas que puedes tomar para mejorar el trato recibido

  • Acude a presentar la denuncia en compañía de una persona de confianza y/o de alguien con experiencia en ayuda a víctimas de agresiones sexuales. Esta persona podrá darte apoyo y ser testigo de todo lo que ocurra.
  • Haz todas las preguntas que sean necesarias y asegúrate de obtener respuestas detalladas a tus dudas. Si las respuestas recibidas no son satisfactorias, pide hablar con un superior o con una persona especializada en ayuda legal a víctimas de violación (aquí puedes encontrar un directorio de asociaciones especializadas en agresiones sexuales). Resolver tus dudas disminuye tu ansiedad, ayuda a prevenir abusos y hace saber al personal encargado de tu caso que estás prestando atención.
  • Después de presentar tu denuncia, establece una buena comunicación con las personas encargadas de tu caso. No temas llamarles y preguntar dudas siempre que sea necesario. Tómate un tiempo para pensar y prepararte antes de hacer una llamada o acudir a una reunión relacionada con la violación. Piensa en qué es lo que quieres comunicar, que resultados necesitas obtener y cómo superar los obstáculos que puedan surgir.
  • Lleva contigo un cuaderno de apuntes y recoge toda la información sobre el proceso legal, nombres de los encargados de tu denuncia, pasos a seguir, etc. También puede ser útil preparar un resumen de dos o tres minutos sobre la agresión al que puedas recurrir cuando sea necesario explicar lo sucedido. Hablar sobre la violación puede afectar a tus emociones y hacer que te resulte difícil comunicarte; tener un resumen al que acudir puede ayudarte a superar este problema y transmitir la información que deseas de forma efectiva.
  • No tomes decisiones definitivas durante llamadas o reuniones importantes. Las personas responsables de tu caso pueden presionarte para tomar decisiones precipitadas, de las que podrías arrepentirte después. Es mejor decirles que te tomarás un poco de tiempo para pensarlo y te pondrás en contacto después para comunicarles tu decisión. De esta manera tienes tiempo para reflexionar sobre las diferentes opciones y buscar el consejo de un experto si fuera necesario.
  • Mantente alerta ante una mala actitud. Si el personal encargado de atenderte te falta al respeto, no muestra interés por tu seguridad, te responde en tono acusatorio o intenta intimidarte, debes protestar. El problema es que, debido al trauma de la violación, la mayoría de las víctimas se sienten poco seguras de sí mismas y se les hace difícil exigir un buen trato. Aquí es donde se hace necesario contar con una persona de apoyo que pueda ayudarte.
  • Una conducta indiferente puede señalar que no se está tomando tu denuncia con la seriedad debida. Si la policía tarda demasiado en devolver tus llamadas, te da explicaciones vagas o no muestra interés por resolver tus dudas, haz caso a tu intuición y actúa antes de que sea demasiado tarde. Busca el apoyo de un experto en ayuda a víctimas de agresiones sexuales. Si no existe una asociación de apoyo en tu localidad, puedes llamar por teléfono a alguno de los centros de nuestro directorio para que puedan informarte sobre cómo actuar.
  • Confía en tu intuición. No tengas miedo de hacer todas las preguntas que hagan falta. Si sientes o sospechas que tu denuncia no se está manejando de la manera adecuada, puedes pedir hablar con un superior. No temas tomar todas las medidas que sean necesarias: si una persona está haciendo las cosas bien, no debería enfadarse ni recriminarte por asegurarte de que estás recibiendo el mejor trato posible.

¿Qué ocurre después de la denuncia?

¿Cómo funciona el proceso legal?

La denuncia inicia un proceso legal, cuyo objetivo es castigar al culpable del delito.

Como víctima, puedes escoger personarte o no como acusación particular. Para ello te harán, en el momento de la denuncia o unos días después por teléfono, un ofrecimiento de acciones: es una notificación en la que te informan de tu derecho a ejercer tanto la acción penal (para pedir la condena del agresor) como la acción civil (para pedir las indemnizaciones por daños y perjuicios que te puedan corresponder). Al personarte, puedes ejercer ambas o sólo una de ellas. Asegúrate de hacer todas las preguntas necesarias y de tomarte tu tiempo para entender bien todas las opciones y tomar una decisión informada.

Si decides no personarte será el Ministerio Fiscal quien ejerza ambas acciones y, si se decide una compensación monetaria, recibirás la indemnización del acusado.

El juicio penal tiene dos partes. La primera es la instrucción, en la que se esclarece lo que ha pasado, es decir, los hechos sobre los que versará el juicio. Como víctima, puedes personarte en el juicio durante toda la instrucción, te hayan hecho o no ofrecimiento de acciones. Una vez termina la instrucción, se abre juicio oral ante el juez de lo Penal o la Audiencia Provincial, dependiendo de la gravedad del delito: esta fase termina ya con la sentencia. El agresor puede cumplir una condena de hasta 15 años de prisión (igual que un homicidio)

Te hayas personado o no como acusación particular, lo normal es que te llamen como testigo al menos en el juicio oral y quizás también en la instrucción. De nuevo, lo recomendable es decir la verdad de la forma más clara y detallada que puedas.

Consejos para afrontar el proceso

El proceso legal asociado a una denuncia de agresión sexual es, en la mayoría de las ocasiones, duro y largo. Algunos consejos para que este camino se nos haga más llevadero:

  • Lo primero es saber que deberemos armarnos de paciencia y, sobre todo, evitar afrontar el proceso con vergüenza. La persona agredida es la víctima y no tiene que justificarse ni defenderse.
  • Otro aspecto importante es que debemos prepararnos para las actitudes que probablemente encontraremos por parte de la defensa del acusado durante el juicio y que suelen ser las siguientes:
    • Negar todos los hechos.
    • Aceptar que existió contacto sexual pero que se llevó a cabo de otra manera (sobre todo si existen restos biológicos).
    • Argumentar que el acusado tiene lagunas de memoria.
    • Responsabilizar a la víctima de la agresión (“no dijo que no”).
    • En casos de violaciones por parte de conocidos, puede existir un discurso en el que el acusado asegure que la víctima ha realizado la acusación “por despecho” ante una negativa del agresor a mantener relaciones con ella (en ocasiones, si el acusado está casado, su esposa y familiares pueden defender también esta teoría).
    • Desvalorizar a la víctima como testigo haciendo alusión a su vestimenta, su trabajo, su vida social, su inteligencia, sus antecedentes psicológicos (si los hubiera).
  • ¿Cómo puedo prepararme para afrontar el juicio?
    • Infórmate bien sobre cómo será la sala, las personas que estarán allí y la función de cada una de ellas.
    • Puedes hacer una lista de las preguntas más difíciles que puedan hacerte y los puntos principales que quieres que queden claros, pero no ensayes exactamente lo que dirás. Tu relato puede perder espontaneidad y, por ello, credibilidad.
    • A veces, el vocabulario que se usa en las salas de justicia es muy diferente al coloquial. Por ello, no tengas miedo a contestar “no entiendo”, “no sé” o “no recuerdo”.
    • Es habitual que el juez te confronte durante tu relato con expresiones como “él dice que…” Esto no significa que no te crea, forma parte del proceso habitual de declaración. Recuerda que el juez es imparcial y que al acusado también le habrán preguntado en esos términos.
    • Elige bien a la persona que te acompañará al juicio. Algunos familiares y amigos pueden aumentar tus nervios y ser más perjudiciales que beneficiosos.
    • Puedes realizar ejercicios de respiración para relajarte previamente.
    • Lleva pañuelos. Puede parecer una tontería pero es habitual emocionarse al recordar experiencias tan duras y te serán muy útiles.
    • Si el juez te lo permite, suele ser aconsejable abandonar la sala al terminar de declarar. Ver el resto de declaraciones puede provocarte un dolor innecesario. Recuerda, si tu acompañante insiste en quedarse eres libre de hacer aquello que más te apetezca.
    • Una vez finalizado, intenta no repasar el acto una y otra vez pensando en qué podrías haber dicho, ya no hay vuelta atrás y esto solo aumentará tu ansiedad.
    • Por último, tras el juicio es aconsejable organizar alguna actividad que te resulte agradable y divertida.
  • Si el acusado finalmente sale absuelto no debemos pensar que “todo el esfuerzo no sirvió para nada”:
    • El acusado también ha sufrido un proceso muy negativo.
    • La denuncia frena posibles comportamientos de acoso.
    • Las sentencias judiciales responden a la llamada “verdad legal” diferente de la “verdad real”.
    • La opinión popular no cambiará por la sentencia, quien te creía lo seguirá haciendo y viceversa.
    • Aunque parezca difícil, con ayuda podrás enfocar esta experiencia como algo que te ha fortalecido y que te sirva para poner en orden tus prioridades vitales.

Recuerda que esto solo son consejos y que debes hacer uso de las armas propias que todos tenemos para afrontar los momentos difíciles. No todas las personas requieren forzosamente de ayuda para superar esta experiencia pero, si no es ese tu caso, no dudes en acudir a cualquiera de los centros especializados en agresiones sexuales de tu comunidad. 

¿Por qué denunciar una agresión sexual?

Porque es tu derecho

La violencia sexual es un delito grave que atenta contra tu libertad, tu dignidad y tu integridad. Ante el delito de la agresión sexual, la denuncia es un derecho que puedes ejercer.

Por tu propia seguridad

Es difícil evitar una primera agresión sexual, sobre todo cuando el agresor es una persona cercana. En cambio, si denuncias puedes evitar que la violación se repita. Una denuncia inmediata es la mejor protección.

Para evitar más violaciones

La mayoría de los violadores cometen agresiones sexuales de manera repetida y atacan a diferentes personas a lo largo de su vida. Si denuncias, puedes prevenir que otros pasen por lo mismo que tú.

Para crear una sociedad más justa

Los abusos, delitos y vejaciones no deben quedar nunca impunes. La violación no es una excepción.

Para superar la experiencia

Denunciar a ayuda a afrontar lo sucedido y a recuperarse de la violación. Las agresiones sexuales están relacionadas con el poder y el control; después de un ataque, es normal que te sientas impotente y con baja autoestima. Denunciar te ayuda a recuperar el control sobre lo sucedido y es un primer paso importante para sentirte mejor.

Para que se castigue al agresor

Denunciar es la única manera de conseguir que el sistema trabaje a tu favor y que se haga justicia.

Porque nunca es tarde

Muchas víctimas de agresión sexual no presentan su denuncia inmediatamente. Si este es tu caso, debes saber que siempre estás a tiempo de denunciar, aunque hayan pasado semanas, meses o incluso años.

¿Cómo denunciar una agresión sexual?

Una agresión sexual es un delito y como tal debe ser denunciado. Siempre estás a tiempo de denunciar una agresión sexual, incluso si no se trata de un hecho reciente. Recuerda: tienes derecho a recibir un trato correcto por parte de la autoridad y a que se preste la debida atención a tu caso para poder castigar al culpable.

Para denunciar una violación, puedes acudir a la policía que te inspire más confianza (Policía Nacional, Autonómica o Municipal o Guardia Civil). También es posible denunciar directamente ante el Ministerio Fiscal o el juez de Instrucción. Recuerda que el Servicio de Atención a la Mujer (S.A.M) está presente en todas las Jefaturas de Policía de España y cuenta con agentes especializados en violencia sexual.

A la hora de acudir a denunciar, es preferible que alguien de confianza vaya contigo. Puedes pedir que te acompañe un amigo, un familiar o una persona especializada en agresiones sexuales. Esta persona no sólo te servirá de apoyo moral, sino que es tu mejor protección contra el abuso. Además, podrá ayudarte a recordar información, hacer preguntas importantes y mantenerse informada para poder seguir apoyándote en el futuro.

La denuncia se hace de forma oral: el funcionario te hará una serie de preguntas a las que debes responder tan clara y detalladamente como sea posible. Revivir los detalles de la agresión puede resultarte traumático, pero es muy importante que colabores todo lo posible. La necesidad de recoger los detalles no suele responder a una falta de sensibilidad de la persona que nos está tomando declaración. Es importante que la denuncia sea lo mas detallada posible por dos motivos: el primero, es ayudar a jueces y letrados a llevar a cabo la tipificación del delito y, el segundo, es que una buena descripción (del aspecto físico, la voz, el arma usada, el sitio en el que tuvo lugar la agresión etc.) puede ayudar a detener al culpable en caso de agresiones por personas desconocidas que sean reincidentes. Por eso, algunas asociaciones llegan a aconsejar que la víctima se pare unos momentos a escribir los detalles después de la agresión, a fin de recordarlos y trasmitirlos adecuadamente.

Una vez finalizada la denuncia, se te pedirá que la firmes. Antes de hacerlo, léela detenidamente y no tengas miedo de sugerir modificaciones si lo crees necesario.

También es posible presentar toda la denuncia por escrito, pero en casos de agresión sexual esto no es aconsejable ya que se pierde más tiempo.

Si es necesario, el personal de la policía podrá acompañarte al hospital para recibir cuidados médicos, redactar un parte de lesiones y recoger evidencias físicas de la violación.

Tienes derecho a que se recoja tu denuncia y se inicie una investigación al respecto. Después de presentar la denuncia, pide una copia de haberla formalizado.

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