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Enseñar a violar
Últimamente se está difundiendo bastante la frase “No hay que enseñar a las mujeres a defenderse de una violación; hay que enseñar a los hombres a no violar”. Por supuesto, como siempre que se habla de violaciones, hay mucha gente que se ofende. Hoy, en los comentarios de una web, un listo decía precisamente que es lo contrario: “no se enseña a los hombres a violar; todo el mundo sabe que violar está mal pero algunos no responden a la educación recibida”.
La primera parte de la frase es cierta: no se enseña a los hombres a violar. No hay escuelas de violación, ni se dan cursillos. La segunda ya empieza a ser discutible. Y la tercera, la que habla de la educación, es directamente falsa. Porque no se enseña a los hombres a violar, se enseñan cosas mucho más sutiles.
Se enseña que para ligar hay que insistir.
Que un “no” en realidad es un “sí”.
Que las violaciones y otras agresiones sexuales son culpa de cómo vestía o se comportó la víctima.
Que si la víctima tiene muchas relaciones es una guarra y se merece lo que le pase.
Que si no grita “no” y se defiende no es una violación.
Que tiene que aprender defensa personal, llevar un spray en el bolso, vigilar su bebida y escoger con especial cuidado su camino para volver a casa.
Que las violaciones las cometen personas que no controlan sus instintos.
Que las violaciones las cometen enfermos mentales.
Que las violaciones las cometen desconocidos.
Que las violaciones se cometen en callejones y descampados.
Que si te violan tienes que estar avergonzada, sentir culpa y no hablar.
Que la mujer debe pagar con sexo los favores propios de la amistad so pena de que el hombre se convierta en un pagafantas.
Que en una pareja las ganas de follar de ella deban sincronizarse con las de él.
Que hay que cuestionar todo lo que cuenta una mujer que ha sido violada, al contrario que otra que ha sufrido cualquier otro delito.
Y así un sinfín de cosas, de pequeños mensajes, de clavos en el ataúd de la libertad sexual. La culpa de las violaciones no es de que haya algunas ovejas negras que se aparten de la educación recibida: es que la educación recibida está funcionando perfectamente. Los violadores no son desviados ni psicópatas: son gente normal, de cualquier estrato social, con casa, trabajo y pareja.
La reforma del Código Penal de Gallardón propone que se castigue con cadena perpetua al que asesine a una persona que previamente ha violado. Con todo el debate que está habiendo sobre otros asuntos éste no ha trascendido, pero cuando lo haga seguro que calma las ansias de los más populistas. A mí me parece triste. Aumentar las penas no reducirá el índice de violaciones, porque toda nuestra cultura nos está gritando que no son para tanto, que son cosas de locos o animales y que alguna culpa tendrá la víctima. Sólo acabando con eso, desmontando la cultura de la violación, se detendrá esta lacra. Lo demás son brindis al sol.
Lo aprendimos en secreto
AVISO: hablo de las experiencias que suele tener una mujer occidental, heterosexual, criada en una familia sana, y que no fue víctima de abusos en su infancia, vamos, tu idea de una mujer normal. Es una visión incompleta pero es la que yo puedo conseguir. Si no quieres revivir experiencias traumáticas, aquí hay fotos de gatitos y aquí una web donde pedir ayuda.
En inglés, lo llaman “rape culture”, “la cultura de la violación”, y a veces se traduce como “la cultura de la violencia”. Es esa especie de niebla densa, de clima bochornoso, en el que vivimos. Se expresa de muchas maneras además de como violencia física real; por ejemplo, en lo que hoy os presento, el Manual de Instrucciones de la Cultura de la Violación. Son ideas, prejuicios, y normas, transmitidos a las mujeres. Los hay útiles, inútiles, y falsos. Ser mujer siempre incluye conocerlos todos, tanto si los crees y los aplicas como si no. No se puede escoger no saber. Es muy difícil comprobar cuáles son erróneos sin haber sido violada.
- En primer lugar, se adquiere una definición de violación teórica, sin ejemplos prácticos, por ejemplo a través de las noticias. En mi caso, la definición llegó cuando no tenía del todo claro cómo funcionaba el sexo en la práctica, así que debía tener más de ocho y menos de once años.
- Asociar el concepto teórico de violación con cosas reales que le ocurren a tu cuerpo o que ves en medios de comunicación. ¿Lo que veo en tal película es una violación? ¿Lo que me acaban de hacer es una violación?
- Adquisición de conductas de evitación. Las principales conductas de evitación son dos: no seas o parezcas sexualmente disponible, y no estés sola en lugares poco transitados.
No salgas sola. No bebas demasiado. Cierra la puerta con llave. No mires a los ojos. No vayas a ese barrio. No salgas de noche. No te pongas esa minifalda. No te fíes de esos tíos. No vivas sola. No invites a hombres a tu casa. No le des tu teléfono. No vayas andando por esa calle. No bajes la guardia. No sonrías. Lleva un spray antivioladores. No abras la puerta. No vayas a su casa. No llames la atención. (No te sientas segura)
4. Es posible, pero no necesario, que la fase más intensa de aprendizaje que conductas de evitación coincida con la pubertad. Simultaneas familiarizarte con las nuevas funciones y sensaciones de tu cuerpo con aprender a ocultarlo y protegerlo.
5. Doblepensar. Debes estar prevenida siempre, porque la prevención se basa en hábitos. Los hombres que conoces no son violadores. Simultanea tus relaciones sanas y fluidas con hombres (familia, amigos, amantes, compañeros de trabajo) con la idea, sostenida en todas partes, de que la violación es posible y aleatoria.
6. Algunos conceptos, a veces incoherentes, sobre cómo predecir quién es un violador en potencia. Lo más génerico es “varón, joven pero no mucho, a solas, no-blanco, pobre”.
7. Cómo mostrarte disponible sí-pero-no cuando un hombre te resulta atractivo. Aprendes las diferencias entre ponerte guapa e “ir de loba herida” (el término que se usaba en mis recreos). Aprendes qué es “dar pie” y “dar mucho o demasiado pie”.
8. Desarrollo de un Plan B anticonceptivo, al menos teórico, en caso de que seas violada y te quedes embarazada. Como mínimo, tienes una opinión para distinguir o no distinguir “qué es moralmente correcto hacer en caso de embarazo por accidente” y “qué es moralmente correcto hacer en caso de embarazo tras una violación”. Puede que tengas información sobre tus derechos legales en ese caso.
9. Qué hacer si crees que estás a punto de ser violada, para evitar serlo. Más doblepensar de mensajes contradictorios sobre el efecto del intento de violación en la víctima, a veces vista como un trauma equivalente a la violación misma.
10. Qué hacer si no vas a poder evitar ser violada. Cómo salir viva de ésta, o la idea de que no merece la pena salir viva de ésta.
11. Información sobre qué debes hacer tras ser violada, a quién y a dónde acudir.
12. Aprendizaje de quién tiene la culpa de que haya violaciones. Generalmente, las mujeres violadas.
13. El concepto de denuncias falsas, la idea de que una acusación falsa destruye a hombres inocentes, y la idea de que una violación es muy difícil de demostrar.Más doblepensar: él no lo hizo y la culpa fue de ella.
14. Más doblepensar: uso de palabrotas, chistes, y otros elementos culturales que equiparan la violación a la derrota o el fastidio. Pensar a la vez que la violación es Lo Peor Que Te Puede Pasar y algo parecido a suspender en un examen. Es imprescindible una desconexión mental y emocional entre los dos conceptos.
15. Transmisión de estos conocimientos a la siguiente generación, a ser posible en secreto.
Creado con ideas y colaboración de mi marido, @undivaga, @potipotiinlove, y @hablaqueescucho. Beta-readers: @ardeluxe y @pnique. Gracias.
La analogía del coche
Hemos hablado ya varias veces de los consejos antiviolación, y de por qué esta página prefiere ofrecer los menos posibles. Creemos que culpabilizan a las víctimas y les imponen unos estándares de actuación demasiado elevados. Además, a cambio de ello no ofrecen seguridad: los consejos antiviolación genéricos (no vayas sola, no coquetees, no invites a nadie a casa, lleva siempre un spray de pimienta) no funcionan. Y no funcionan porque parten de dos ideas falsas:
1.- Que el agresor busca alguna clase de placer sexual. Lo cierto es que la excitación sexual no es la causa de las violaciones. Nadie viola porque esté excitado. Influyen mucho más deseos de controlar, humillar o castigar a la víctima por cualquier ofensa, real o imaginaria.
2.- Que el agresor es un desconocido, normalmente alguien con problemas mentales, que asalta de noche en un descampado. Esto es rotundamente falso. Los agresores sexuales no tienen por qué ser desconocidos. Los agresores sexuales no suelen ser desconocidos. Y no tienen por qué tener problemas mentales. La triste realidad es que normalmente el agresor sexual típico es alguien mentalmente sano y a quien la víctima conoce. Los consejos antiviolación funcionan, si es que lo hacen, respecto de alguien extraño que se te acerca en un callejón, no respecto de un conocido, un amigo o tu pareja (1).
Sin embargo, cuando se exponen estos argumentos en público siempre salta alguien hablando de coches. De todos los pseudoargumentos esgrimidos por quienes no se han tomado siquiera unos minutos en entender el fenómeno de la violación éste es, sin duda, el que más me fastidia. Lo que se dice es, más o menos, lo siguiente: “si te dejas el coche abierto y con las llaves puestas, lo normal es que te lo roben, luego no te quejes si pasa”.
Entiendo que esto es ofensivo por dos razones. La primera, que es un tanto de Perogrullo, es la siguiente: ningún delito deja de ser delito porque la víctima no haya tomado tantas medidas de protección como podría. No por ello merece menos reproche social ni menos pena. Quien ha obrado mal sigue siendo el delincuente.
La segunda razón, más importante, es la extrema desproporción entre las conductas que se aconsejan. Es evidente que conviene que todos tengamos un mínimo de precaución frente a los posibles delitos que se puedan cometer contra nosotros, no porque de otra forma vayan a dejar de ser delito sino para evitar sufrir unas consecuencias negativas. En este estándar normal de protección entran lo de las llaves del coche, un movimiento automático que a nadie le lleva más de medio segundo. También entra ir por una calle iluminada antes de por un callejón (para prevenir robos, agresiones o agresiones sexuales), comprobar la situación registral de la casa que compras (para evitar estafas) y así sucesivamente.
Y ahora volvamos a los consejos antiviolación: no bebas, si bebes no dejes la copa sola, no lleves tal o cual ropa, no coquetees, no invites a nadie que no conozcas bien a tu casa, aprende autodefensa y lleva un spray de pimienta, no vuelvas sola a casa, si te acuestas con alguien no decidas parar (es decir, no seas calientapollas) porque a esas alturas él no podrá parar, etc., etc., etc. ¿Está esto dentro de ese estándar normal de protección? Obviamente no. Claramente implica anular la propia personalidad: dejar de divertirse, salir, relacionarte con gente, hacer vida… Enclaustrarte. En definitiva, dejar de ser mujer en público.
Si tratáramos a los dueños de coches como a las víctimas de violación habría que decirles algo como lo siguiente: “si no quieres que te roben el coche mételo en un garaje, coloca una alarma, electrifica las puertas, contrata seguridad privada y NO LO SAQUES NUNCA DE AHÍ.” Evidentemente, el dueño del coche nos mandaría a la mierda. “Si hago eso”, podría decirnos, “puede que no me roben el coche, pero tampoco podré disfrutarlo yo… y para algo lo tengo.”
Que es, precisamente, de lo que se trata.
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(1) Por cierto, si aún así vas a darle a alguna mujer que conoces un consejo para evitar ser violada, ten en cuenta que probablemente ya lo sepa y lo haya oído mil veces. ¡No hace falta que se lo expliques!
¿Qué pasa si busco información sobre violaciones en Internet?
“Me ha pasado algo terrible y me siento fatal. No quiero hablar con nadie de ello, me da mucha vergüenza. No sé si ha sido una violación o no, yo le conocía de antes… No sé que hacer. ¿Debería denunciar? ¿Voy primero al hospital? ¿Pido a alguien que me acompañe? ¿Qué pasa si la gente no cree mi historia? ¿Ha sido mi culpa?
Voy a buscar información en Internet, es la manera más rápida y sencilla de enterarme y además es anónimo…”
Nos pusimos en el lugar de la persona que acaba de sufrir una agresión sexual e intenta buscar ayuda a través de Internet, la principal fuente de información para muchos. En mayo de 2012, entre las primeras posiciones del buscador Google no se encontraba ninguna web que explicase claramente cómo actuar y ofreciese información de calidad sobre las agresiones sexuales.
Lo que sí encontramos fueron cosas como estas:
1) “Un ginecólogo me ha violado”
Relato pornográfico en el que la víctima vive la agresión como algo extremadamente erótico y, sin mediar ni una sola frase, pasa a tener relaciones sexuales consentidas con el violador, con gran disfrute de ambos. Está escrito en primera persona, simulando una experiencia real.
En suma, una (relativamente literaria) manera de perpetuar el mito de que las víctimas de violación disfrutan con el acto.
2) “Me han violado y ahora no sé que camino tomar”
Una adolescente de 17 años ha sufrido agresiones sexuales por parte del novio de su madre, que vive en su misma casa. Le pregunta a Yahoo Answers, ese gran oráculo de sabiduría, qué debe hacer. Al parecer, la respuesta está en rezar mucho y buscarse un trabajo:
- ” te digo una cosa DIOS tarda pero nunca olvida se que el día de mañana tendrás mucha suerte y DIOS quiera que todo te salga bien…”
- ” No te olvides de una cosa, busca superarte como persona, busca una profecion. “
- “el camino que debes tomar, es el camino de la fe…”
- ” para que sea más fácil busca un trabajo (no pesado) que te pueda relajas, ya sea tu propio negocio u otra cosa.”
- “abre bien los ojos y el corazón que Dios te está llamando y tratando de comunicarse contigo.
El no dejaría por nada a sus hijos, si tan solo tuvieras fe como un granito de mostaza, te sentirías mejor. Acepta la paz que Cristo te dio desde el día que dio su vida para salvarnos, aceptala de todo corazón y a viva voz, y notarás que las cosas irán mejorando….
podrías ir a un psicólogo, podrías acudir a una entidad para la mujer maltratada o etc etc… pero no habrá nadie que te ayude como lo haría el Señor…”
3) Confesiones privadas: me han violado
Un chico de 18 años pide ayuda en un foro: dos hombres le han violado a la vuelta de una fiesta. Acude al hospital y finalmente les denuncia, pero los violadores siguen acosándole. Aquí abundan los comentarios culpabilizando a la víctima o aconsejándole que se tome la justicia por su mano y a lo grande.
- “Bueno hermano!, ya tiene otra historia para su vida y una razon para no practicarle el sexo anal a su novia o pareja.
Literalmente, creo que se lo follaron con todas las de la ley. Ahora bien, ¿a quien carajos se le ocurre salir a beber con personas que no conoces?… y si los conoces, COÑO! ya puedes decir que los conoces de “atras”. - “Vamos a ver tio tu dices que tienes 18 años y ellos 22? y dejaste que te violaran?? joder tio a mi si me pasa eso por muy pedo que valla ten seguro que me dejo la vida antes de que dos putos maricones violadores me la metan. Denunciandolos no vas a conseguir nada, excepto la vergüenza que vas a pasar cuando tu gente se entere y a ellos posiblemente no les hagan nada ya que diran que estabais los 3 muy borrachos….. Si dices que te llevaron alli en coche, yo lo que te recomiendo es que le quemes el cohce o se lo revientes y despues buscalos cuando esten solos dale una paliza de muerte a los 2 a rostro tapado para que no te puedan denunciar y seguro que esos dos mierdas cambian de aficiones.”
- “Lo mejor cierra los ojos y disfruta al final te acabara gustando, cuando puedas me das la direccion de tu follador”
- “Yo voy a su casa y cuando me vaya a hacer algo le corto elbraxo derecho a la altura del hombro un poco mas abajo para que se vaya desangrando, como pierde sangre pierde fuerza y le empiezo a pegar ostias a tope, le meto un bate de beisbol por el culo y cosas mas grandes y cuando se lo meta le digo ” que hijo puta , te gusta cabron , que se que lo estas disfrutando”; luego le corto los huevos, literalmente, y le hago demas perradas hasta que se me ponga de los ovarios . Luego llamo a la policia y digo que a sido enagenacion mental por sus respectivas violaciones. Y con una buena representante legal te salvas.”
4) ¿Cómo puedo superar una violación de mi propio padre?
Yahoo Answers vuelve a la carga. La respuesta elegida como “mejor” se comenta sola: “amiga,recuerda que lo que te hizo tu papa lo pagara tarde o temprano,en esta vida pasamos cosas a veces muy dolorosas,pero te aconsejo que si crees en Dios perdones a tu disque padre,porque de otra manera te llenaras de odio y resentimiento…”
5) Foro Cristiano: Cómo superar una violación
Con el primer par de líneas es más que suficiente: “Si has sido víctima de violación Jesús te ayudará a a superar el trauma, nuestro señor te brindará la fortaleza que necesitas para perdonas. Es muy difícil perdonar a tu agresor pero una ves que lo hayas hecho llegara la sanidad emocional a tu vida…”
No queremos que ninguna víctima de agresión sexual vuelva a encontrarse con “consejos” como éstos. Por eso creamos la página que estás visitando ahora mismo: www.mehanviolado.com En ella podrás encontrar una información que todos deberíamos conocer: qué son las agresiones sexuales y cómo debemos actuar ante ellas. Si nos ayudas a darla a conocer, contribuirás a evitar que los mitos, los prejuicios y la desinformación hagan que una víctima de violación se avergüence de serlo.
(Nota: los links de esta entrada han sido creados con el atributo “nofollow”, para que no mejoren el posicionamiento de estas webs. Si quieres que mehanviolado.com salga en los primeros puestos de Google, puedes ayudarnos creando un enlace desde tu web o blog. Muchas gracias).
Mitos sobre la agresión sexual
En nuestra sociedad todavía existen gran cantidad de mitos y creencias falsas en torno a las agresiones sexuales. En este apartado explicamos cuáles son. Ayúdanos a compartirlo y difundir la verdad sobre la violación.
Mitos sobre la agresión sexual
- “Sólo hay agresión si hay penetración”
La violencia sexual reviste muchas formas diferentes. Cualquier acto que atente contra la libertad sexual de la víctima es un acto de violencia sexual y un delito que se debe denunciar.
- “No es algo tan serio”
Cuando el agresor es un conocido de la víctima (por ejemplo, si la violación ocurre después de una cita), algunas personas pueden intentar justificar la agresión con argumentos del tipo “no es una violación de verdad, sólo se equivocó o se le pasó un poco la mano”.
Lo cierto es que conocer previamente al agresor, tener una cita con él o incluso haber tenido sexo consentido previamente (o estar teniéndolo en el momento de la negativa) no quita gravedad al trauma de la agresión sexual. Todos tenemos derecho a decir “no”, independientemente de las circunstancias.
- “No me puede pasar a mí”
Los estudios revelan que cualquiera puede ser víctima de una agresión sexual, sea cual sea su clase social, orientación sexual, raza, grupo religioso… Todos deberíamos estar informados sobre el problema de las agresiones sexuales y saber cómo actuar ante ellas.
- “Las mujeres hacen denuncias falsas de violación para vengarse de su ex pareja o de un hombre que les ha rechazado”
Las denuncias falsas de violación no son en absoluto frecuentes. Además, las denuncias falsas se dan en todos los crímenes, no sólo en casos de agresión sexual o violencia de género.
Tras la denuncia, se abre un proceso legal para valorar las pruebas y esclarecer los hechos. Al igual que en otros delitos, entra en juego la presunción de inocencia y es necesario probar que la violación ha tenido realmente lugar. Por ello, es extremadamente raro que un inocente acabe en la cárcel por una denuncia falsa de violación.
El verdadero problema no son las denuncias falsas, sino el gran porcentaje de agresiones sexuales que quedan impunes a pesar de que hay muchos motivos para denunciar.
Mitos sobre el agresor
- “Los violadores son gente enferma, locos, extraños, con mala pinta”
En realidad, la incidencia de trastornos psicológicos entre los agresores sexuales es similar a la del resto de la población.
- “La mayoría de las víctimas son violadas por desconocidos en lugares aislados”
Las violaciones de desconocidos se denuncian con mayor frecuencia, pero sólo constituyen un tercio del total. Es más frecuente que el agresor sea un conocido de la víctima o incluso una persona de su total confianza.
- “Los violadores reinciden nada más salir de la cárcel”
Antes de ser detenidos, los agresores sexuales sí que suelen reincidir: la denuncia es la única manera de evitarlo. Después de salir de la cárcel, no es frecuente que vuelvan a cometer este tipo de delitos.
- “Los violadores han sido víctimas de abusos sexuales en la infancia”
Los estudios desmienten esta creencia: entre los agresores sexuales hay tanto víctimas de abuso sexual infantil como personas con una infancia normal. Además, las víctimas de abusos en la infancia no tienen por qué convertirse en agresores sexuales de adultos.
Mitos sobre la víctima
- “Las víctimas de agresiones sexuales son casi siempre mujeres jóvenes”
Los abusos sexuales también se dan en menores, y, aunque es menos frecuente, en hombres adultos, así como en mujeres de todos los tipos y edades.
- “Ella se lo buscó”
La violación tiene más que ver con el poder y el control que con la provocación o el deseo sexual. Todos tenemos derecho a gozar de nuestra libertad sexual y a estar protegidos ante las agresiones sexuales. El único culpable de una violación es el agresor.
- “La mejor manera de olvidar una violación es actuar como si nunca hubiera ocurrido”
Hablar sobre la agresión sexual puede ser una parte esencial de la recuperación. Además, silenciar el delito en lugar de denunciar no contribuye en absoluto a solucionar el problema. Sin embargo, ninguna víctima debe ser obligada a hablar sobre la agresión, ni en público ni en privado.
- “La víctima de una violación jamás va a poder llevar una vida normal ni disfrutar del sexo”
Afortunadamente, es totalmente posible superar la violación. Acudir a una asociación de ayuda a víctimas de agresión sexual permite encontrar el apoyo y los recursos necesarios para dejar atrás el trauma de la agresión.
Mitos sobre el abuso infantil*
- “Hay indicadores claros de que un menor está sufriendo abusos”
Según C.A.V.A.S, casi la mitad de los menores abusados no presenta síntomas. Más adelante, en la adolescencia, sí que pueden darse bloqueos y disfunciones sexuales. Además, el tipo de alteraciones psíquicas que se presentan en caso de abuso sexual también pueden darse en casos de maltrato y abandono.
Un comportamiento hipersexuado en un niño no siempre indica un abuso. Es posible que el menor sea testigo de escenas sexuales con frecuencia, sufra otro tipo de carencias afectivas o imite comportamientos sexuales como demanda de atención.
El abuso sexual sólo es evidente en un 10% de los casos, cuando se presentan síntomas físicos que pueden ser reconocidos por un médico.
- “Los menores nunca inventan abusos sexuales”
Este caso puede darse como forma de apartar a una figura no deseada o justificar fracasos escolares o absentismo.
- “La madre a menudo conoce y consiente el abuso al menor”
En más del 90% de los casos la madre desconoce el abuso. Cuando lo sabe y lo oculta, suele deberse a una situación de dependencia económica o emocional.
- “El agresor suele ser una persona ajena al entorno habitual del menor”
En el 70% de los casos el abusador es un miembro de la propia familia, y en un 20% un conocido cercano.
- “El abuso infantil familiar sólo se da en ambientes deprimidos”
Aunque es cierto que es más frecuente en este tipo de ambiente, los abusos a menores se dan en familias de todas las clases sociales.
- “El agresor es una persona conflictiva, extraña o que ha sido víctima de abusos”
En la mayoría de los casos el abusador tiene un comportamiento aparentemente normal, por lo que no es fácil de detectar.
- “Los abusos infantiles siempre dejan secuelas en la víctima”
Los efectos psicológicos del abuso infantil dependen de muchas variables: el tiempo que dure la agresión, el tipo de prácticas, la relación con el agresor, el carácter del menor… Una intervención temprana reduce el riesgo de secuelas a largo plazo.
*Datos del Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales