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Sentimientos y reacciones comunes ante la violación

La violencia sexual es una experiencia traumática que amenaza a la integridad tanto física como mental de la persona. Aunque la agresión no haya dejado secuelas físicas, la mente responde con una variedad de reacciones. Estos sentimientos pueden aparecer de manera inmediata o tiempo después del hecho. En ocasiones, algunas situaciones pueden hacer que la víctima recuerde el trauma de la agresión y vuelva a experimentar sentimientos que ya creía superados.

No todas las personas responden igual ante una violación, pero la mayoría presentan algunas de las reacciones que listamos a continuación. Es importante tener en cuenta que se trata de respuestas adaptativas, es decir, surgen para tratar de aceptar y adaptarse a lo sucedido.

  • Shock e incredulidad: inicialmente, la mayoría de las víctimas de violación se sienten aturdidas o paralizadas, incapaces de procesar lo que les ha sucedido. Es habitual querer olvidar lo ocurrido a toda costa y evitar lugares y personas que puedan recordar a la agresión, así como preguntarse si la agresión ha ocurrido realmente o si se trata de un sueño.
  • Extrañeza, confusión y cambios en la imagen que se tiene del propio cuerpo.
  • Necesidad de estar a solas y no hablar con nadie. Se disfruta menos de la compañía de los amigos, familiares o pareja.
  • Pensamientos repetitivos sobre la violación, flashbacks y pesadillas donde se vuelven a revivir los sentimientos experimentados durante la agresión.
  • Sentimientos intensos de tristeza, llegando incluso a la depresión. Al mismo tiempo, la víctima puede alegrarse de estar viva o de no haber sufrido una agresión más grave.
  • Estar alerta y nervioso constantemente, con problemas de concentración y/o sobresaltándose por cualquier cosa.
  • Irritabilidad y enfado.
  • Síntomas físicos: a menudo, las víctimas de agresión sexual reaccionan de manera física al trauma. Como consecuencia, pueden experimentar problemas muy variados: alteraciones del sueño, pérdida del apetito, ansiedad, dolores de cabeza y estómago, temblores, sudoración, taquicardias…
  • Pérdida de interés en el sexo e intento de evitar situaciones sexuales. También puede darse la situación contraria, es decir, un aumento del deseo sexual.
  • Miedo. Una respuesta casi universal a la violación es sentir miedo ante situaciones que parecían seguras antes de la agresión, p.ej. salir sola de noche. La víctima se siente vulnerable y puede llegar a perder la confianza en los demás, incluso aunque no existan motivos para ello. Así mismo, se intentan evitar las situaciones, lugares y personas que recuerdan a la agresión.
  • Vergüenza y culpabilidad. Es habitual que las víctimas de agresiones sexuales desarrollen un gran sentimiento de culpabilidad relacionado con los momentos anteriores a la agresión (“pasé por donde no debía”), durante la agresión (“no me defendí todo lo que pude”) y posteriores al hecho (“no denuncié al instante”). Ante estos sentimientos, lo primero es saber que no existe una manera adecuada de reaccionar ante una agresión, que la culpa siempre es del agresor y que en ningún caso depende de nuestro comportamiento. Por otro lado, debemos tener en cuenta que la culpa siempre va unida a la intencionalidad de la conducta y nadie hace o dice cosas con la finalidad de ser agredido. La violación es un crimen y no está justificada en ninguna circunstancia.

Si he sufrido una agresión o un abuso, ¿cómo puedo manejar estas reacciones psicológicas?

  • El primer paso es que no te aísles y des el paso de hablar sobre lo sucedido con una persona de tu máxima confianza. La ayuda, el afecto y la compañía de nuestros seres queridos son uno de los recursos más eficaces para sobrellevar las situaciones difíciles. Esta persona también podrá darte su apoyo a la hora de poner la denuncia y enfrentarte al proceso legal.
  • En segundo lugar, y siempre con la ayuda de la persona o personas a las que les hayas contado lo sucedido, intenta no evitar las situaciones que te recuerdan a la agresión. Puedes elaborar un listado de todas las situaciones, lugares y personas que te recuerden a la agresión o el abuso, ordenadas según el grado de malestar que te produzcan. Una vez hecho el listado empieza a exponerte de forma gradual y paulatina a esas situaciones, empezando por las que te resulten menos difíciles.
  • En tercer lugar, intenta establecer un plan de auto cuidado para las semanas siguientes a la agresión. Descansa e intenta mantener los ritmos de sueño. Cuida la alimentación, intentando realizar comidas regulares y equilibradas. Evita consumir alcohol y bebidas excitantes ya aumentarán la tensión y los nervios posteriores a la agresión.
  • En cuarto lugar, busca ayuda psicológica si es necesario. Si las reacciones y sentimientos antes mencionados no disminuyen y  sientes que necesitas ayuda para superar la violación, debes saber que puedes ponerte en contacto con una asociación de víctimas cerca de tu ciudad. En este tipo de asociaciones recibirás orientación, consejo, apoyo y tratamiento tanto para los síntomas psicológicos como para la tramitación de la denuncia. Además, podrás contactar con otras personas que han pasado por tu misma situación. No te sientas mal, triste ni culpable si sientes que necesitas tratamiento y que no has podido hacerle frente por tí mismo, ya que no tienes la culpa de haber sufrido una agresión.
  • El tratamiento psicológico es importante para la prevención de secuelas asociadas al trauma como trastorno de estrés postraumático, depresión, ansiedad, trastornos del sueño o trastornos sexuales. Es importante que sepas que aunque la ayuda psicológica es efectiva, la recuperación es un proceso gradual. Ten paciencia, no te desanimes ni abandones el tratamiento si los resultados no son inmediatos.
  • El reconocimiento médico

    Además de denunciar la violación, es muy importante que acudas a un centro médico lo antes posible después de una agresión sexual, incluso aunque no tengas lesiones aparentes. De esta manera podrás recibir el tratamiento adecuado, prevenir posibles riesgos para tu salud y preservar las evidencias físicas de la agresión sexual.
    ¿Qué puedo esperar de la visita al hospital?

    • El personal del hospital realizará un examen médico y redactará un parte de lesiones. Los detalles del reconocimiento varían en cada caso, pero siempre debe incluir un examen ginecológico. Puedes exigir que realicen este examen en privado. Al finalizar, asegúrate de pedir una copia del parte médico.
    • Si lo deseas, puedes pedir que esté presente una persona de tu confianza.
    • El personal médico debería explicarte de las exploraciones que te van a hacer y de la finalidad de las mismas. No dudes en hacer todas las preguntas que sean necesarias.
    • Los médicos también se encargarán de recoger las muestras biológicas que puedan servir como evidencia de la violación, incluso aunque no quieras denunciar. De esta manera, si más adelante cambias de opinión podrás recurrir a estas pruebas para apoyar tu denuncia.
    • Si el agresor ha eyaculado en tu vagina o cerca de ella, hay un riesgo de embarazo. Según el tiempo transcurrido desde la agresión, se tomarán medidas para evitar un embarazo no deseado (píldora del día después o colocación del DIU). El personal médico también debería informarte sobre qué hacer en caso de que se produzca el embarazo.
    • Las víctimas de violación también presentan riesgo de contagio de diferentes enfermedades de transmisión sexual, ya que en la inmensa mayoría de los casos se desconoce si el agresor estaba o no infectado. Por tanto, el personal sanitario tomará medidas de precaución para evitar la transmisión de diferentes ETS:
      • Ante el riesgo de infección por VIH, se administra un tratamiento antirretroviral. Este tratamiento suele durar entre 3 y 4 semanas. Pasado este tiempo se hace un test para comprobar si ha habido infección o no.
      • Se comprueba la inmunidad a la hepatitis B mediante la extracción de una muestra de sangre, ya que la inmunidad puede ser baja incluso aunque se esté vacunado. Si este es el caso, se pone un tratamiento y se administra la vacuna.
      • Para otras enfermedades de transmisión sexual no existe un tratamiento después de la exposición, por lo que lo más eficaz es hacer un seguimiento posterior. El personal sanitario te aconsejará sobre los controles a los que debes acudir y te explicará como actuar en caso de infección.
    • Algunos hospitales cuentan con protocolos de actuación especiales ante indicios de sumisión química. Hablamos de “sumisión química” cuando el agresor hace consumir a la víctima alguna sustancia capaz de anular su voluntad sin que ésta sea consciente (por ejemplo, diluyendo la droga en una bebida). En estos casos se realizan análisis de sangre, pelo y orina para detectar la presencia de estas sustancias. Sin embargo, no todos los centros médicos están preparados para actuar y el periodo en que pueden detectarse estas drogas es muy corto. Si sospechas que te han drogado, no dudes en decírselo al personal sanitario para que puedan tomar las medidas apropiadas.

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